Analizando la felicidad más allá del cliché.
La felicidad no es una meta. Es una práctica.
Durante años nos han hecho creer que la felicidad está en el futuro: cuando logres ese ascenso, cuando te mudes, cuando encuentres la pareja ideal, cuando cumplas todos los “deberías”. Pero la felicidad no funciona así. No es un destino al que se llega, sino una forma de caminar.
Entonces… ¿qué es la felicidad?
Para mí, la felicidad es un estado de conexión con lo que da sentido a nuestra vida. Es sentirnos en paz con quienes somos, con lo que hacemos, y con cómo vivimos. Es la coherencia entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que elegimos cada día.
La ciencia ya no habla de una “felicidad tóxica” basada en el pensamiento positivo obligatorio. Hoy sabemos que ser feliz no es evitar emociones difíciles, sino ser capaces de gestionarlas con amabilidad. La felicidad incluye momentos de calma, pero también espacios de duda, de caída, de pausa. Y eso está bien. Porque ser felices también es permitirnos ser humanos.
Desde mi rol como Chief Happiness Officer y asesora de bienestar, he aprendido que la felicidad individual y la organizacional están profundamente conectadas. Personas más conscientes de su bienestar generan entornos más humanos, y entornos saludables impulsan personas más plenas. No es magia: es coherencia emocional puesta en práctica.
Pequeño recordatorio:
- La felicidad no se encuentra, se cultiva.
- No se mide en logros, sino en autenticidad.
- No es constante, pero sí puede ser consistente si aprendes a cuidar de ti.
¿Y tú, qué crees que es la felicidad?
Te leo en comentarios, y si quieres empezar a construir una relación más amable contigo misma y con tu entorno, aquí estoy para acompañarte 💬

Nuria Mia, Asesora de Bienestar & Chief Happiness Officer
Acompaño a personas y equipos que quieren vivir y trabajar con más sentido, equilibrio y conexión.